En la región costera del golfo de Arauco, emergieron, a
mediados del siglo XIX, las ciudades mineras de Lota y Coronel como
consecuencia del requerimiento de mano de obra para las labores de extracción
de carbón. Allí se establecieron empresarios tales como Matías Cousiño, Jorge
Rojas, Guillermo Délano y Federico Schwager, entre otros.
A poco andar, en 1869, el agotamiento de los mantos
subterráneos de Punta de Puchoco obligó a las empresas carboníferas a
profundizar las labores y extenderlas para trabajar los mantos submarinos
existentes bajo la playa y el mar. Con el paso de los años, y con la
habilitación a fines del siglo XIX del ferrocarril entre Concepción y Lebu, se
incorporaron a la producción carbonífera nuevos yacimientos ubicados al sur de
Lota, como Trongol, Curanilahue y el mismo Lebu.
Como consecuencia del cese de las actividades extractivas y
productivas de la Mina Lota, se suscribió entre el Gobierno y los Sindicatos de
Enacar Lota un Protocolo de Acuerdo de fecha 10 de mayo de 1997, que tuvo por
objeto establecer las indemnizaciones, beneficios extraordinarios y condiciones
que se aplicarían respecto de los trabajadores de Enacar Lota a cuyos contratos
de trabajo se les pusiera termino a partir del 30 de abril de 1997, con motivo
del cierre del mineral referido precedentemente.
A su vez, mediante Resolución Exenta N° 988 de 16 de julio
de 1997, la Superintendencia de ISAPRE resolvió cancelar el registro de ISCAR
S.A. como Institución de Salud Previsional, dado el término de las actividades
del yacimiento de Lota en abril del mismo año, establecimiento de dónde
provenía el 90% de sus afiliados.
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