Las ciudades de Lota y Coronel fueron grandes protagonistas de la
historia de Chile a finales del siglo XIX, producto de la explotación del
carbón que generó una gran cantidad de recursos para el país. Lastimosamente en
la actualidad aquel carbón que fue tan bien pagado por su exportación y sus
grandes riquezas ya no es una actividad factible para la comuna de Lota, ni
Coronel.
Lota es reconocida como una localidad en donde
se desarrolló fuertemente la minería del carbón hasta fines
del siglo XX. Hoy en día su actividad económica está basada en el turismo, la pesca artesanal y las labores forestales, sin
embargo, los índices de cesantía en esta localidad son muy altos después del
cierre de la mina de carbón, lo que ha desencadenado el aumento en la delincuencia
y drogadicción en los sectores más vulnerables.
El alcalde de Lota plantea la necesidad de crear estrategias estatales
que potencien el desarrollo económico de la ciudad, pues, dice, "cuando
imperan modelos económicos de mercado se dan situaciones como la de Coronel y
Lota, en que una ciudad presenta un gran atractivo industrial y la otra termina
por quedarse en el camino".
Tras 15 años del fin de la extracción minera, en 1997, estas comunas
fraternas por su pasado común y su cercanía física (a 20 minutos en auto) han
debido reinventarse y sacar partido a sus ventajas comparativas para salir
adelante y enfrentar el fantasma permanente del desempleo.
Lota, apuesta por explotar el turismo, a través de la Corporación
Baldomero Lillo, encargada de administrar los valores patrimoniales, tales como
la Mina el Chiflón del Diablo, el Parque de Lota, el Museo Histórico, además
del Pueblo Minero.
El Alcalde de la comuna de Lota plantea una propuesta para reestablecer
un desarrollo económico estable; él dice: "Acá pueden generarse
incentivos, como subvención a la mano de obra, estímulos a la inversión privada
o la creación de empresas de servicios construidas por el Estado, para después
ser concesionadas o entregadas a la administración privada".
Un aspecto central, explica, es desarrollar el sector de servicios, que
presenta grandes falencias, sobre todo si el objetivo es desarrollar el
turismo.
La directora de la Corporación Baldomero Lillo, Lorena Lillo, reconoce
que la ciudad no cuenta con una hotelería apropiada para poder albergar a los
visitantes que quisieran quedarse unos días en Lota.
De acuerdo con cifras de esa misma corporación, el verano (2012) pasado
se registraron cerca de 70 mil visitas a los principales centros turísticos de
la comuna -sobre todo el descenso a la tradicional mina "Chiflón del
Diablo" y el Museo Histórico de Lota-, cifra que supera significativamente
la población total de la ciudad, estimada en cerca de 50 mil personas, según el
censo de 2002.
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