martes, 10 de mayo de 2016

Condiciones de vida de los habitantes de Lota Alto a lo largo del tiempo

Las condiciones de vida de los trabajadores mineros de Lota y Coronel durante el siglo XIX eran poco menos que inhumanas: hacinamiento y falta de viviendas adecuadas, condiciones de trabajo inseguras y con alta incidencia de accidentes laborales, pésimas condiciones de higiene y alta mortalidad derivada de la silicosis, producto del polvo que respiraban los mineros. Todo ello, unido al arbitrario sistema de pago en fichas que eran cambiadas en las pulperías de la Compañía por alimentos y productos de consumo básico, hicieron que tempranamente los mineros se organizaran exigiendo mejores salarios y mínimas condiciones de trabajo a los empresarios del carbón.

Resultado de imagen para niños minerosAntiguamente durante el siglo XIX los niños empezaban a trabajar a los 8 años y se les contrataba como adulto a los 13, los cuales muchas veces sufrían fuertes mareos por la profundidad y la mala calidad del aire que respiraban a los que los capataces respondían diciéndoles que se pusieran un trozo de carbón debajo de la lengua, y así seguían trabajando, ellos iban a trabajar con sus ojotas, las cuales eran chalas de cuero parecidas al del campesino.

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Los trabajadores obtenían como salario fichas las cuales se canjeaban en pulperías que ellos mismos administraban, lo que se podría interpretar como que se les daba con una mano y con otra se les quitaba.

En las minas a la hora de comida los mineros abrían sus huamecos (loncheras) con su manche el cual era pan amasado con bronce (bronce se le llamaba a todo relleno que se le ponía al pan), traían su charra la cual era una cantimplora de hierro con su agua de perra dentro la que era a base de toda hierba que tuvieran ,se les acercaba ratones al minero y estos les daban de su comida ya que los ratones avisaban cuando ocurriría un derrumbe.


Algunas palabras nacidas de los mineros lotinos fueron:

-Estas picado!
Como era de esperar, la palabra picado proviene del pico, la herramienta con la que el barretero desprendía el mineral o la tosca de la veta. Pues bien, cuando un trabajador no alcanzaba a terminar su tarea dentro de las horas de trabajo solía acuñar el dicho; me piqué o estoy picado. 

-Carbonada
Está claro, no somos muy originales a la hora de ponerle nombre a nuestras creaciones, sino, pregúntenle a quienes bautizaron a la carbonada, cuyo nombre derivó de la roca de carbón. Nada mas que decir.

-Se fue de espalda el loro
Siguiendo en la línea de los animales que trabajaron con los viejos mineros, la frase "espalda el loro" proviene de mediados del siglo XIX, cuando a los ágiles mineros se les ocurrió enjaular pequeñas aves y dejarlas en medio de las faenas de trabajo a varios cientos de metros de profundidad. 

Como el gas que se desprendía por entre las rocas era explosivo y tóxico, quien primero detectaba su presencia era el pequeño loro enjaulado el que, en pocos segundos perdía la vida en su jaula. Cuando un minero se daba cuenta, gritaba; "se fue de espalda el loro!" a refugiarse

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